Alejandro Roemmers, empresario y poeta argentino, decidió que el final de El Principito era muy triste y, con la autorización de los familiares de Saint-Exúpery decidió escribir esta secuela. En esta obra el principito, convertido ya en adolescente, vuelve a la Tierra con el fin de encontrar a su viejo amigo, pero en lugar de eso hace un nuevo amigo que le ayudará a desentrañar las grandes verdades de la vida y sobre todo a superar su miedo a convertirse en un adulto serio.Lo mismo que El Principito fue una obra que me fascinó por cómo decía verdades de una manera tan sencilla, El Regreso del Joven Príncipe se me ha hecho eterno. Su contenido es demasiado filosófico, sus diálogos demasiado monótonos. Incluso hay partes en las que parece que el autor de este libro es Eduard Punset, me costó mucho mantenerme concentrada en la lectura. Lo único que quería era llegar ya al final y dejar de leerlo.
Sé que el listón estaba muy alto con la primera obra, pero en mi opinión, esta obra no debería ser la segunda parte "oficial" de una historia tan bonita; no está a la altura.
Si os gustó El Principito no leaís esta obra porque os decepcionará. Es mejor quedarse con el buen sabor de boca que deja la primera parte.
