Un año más, en la noche de todos los santos, las calles del mundo se llenan de disfraces. ¡Halloween ya está aquí! Y es que aunque muchos se resistan a dejar que esta tradición se implante en España, esta festividad ya ha calado entre los niños y jóvenes de nuestro país.
El origen de esta fiesta está en los celtas, quienes conmemoraban el comienzo del nuevo año después del verano. Los festejos, que duraban tres días, comenzaban en 31 de octubre, y esa misma noche se producía la unión entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Los celtas vaciaban nabos para colocarles una vela dentro como representación de las cabezas cortadas a sus enemigos. Posteriormente, los inmigrantes irlandeses difundieron esta tradición y los nabos fueron sustituidos por calabazas porque eran más fáciles de vaciar y más vistosos.
Galicia y Asturias son dos zonas de España con gran influencia celta, por lo que aún se conservan algunas de estas tradiciones. En la actualidad, la noche de todos los santos ha perdido sus connotaciones religiosas para exaltar el miedo y la diversión. Aunque en nuestro país aún se homenajea a los muertos visitando las tumbas de familiares y amigos que ya no están con nosotros.
Este año un nuevo personaje ha sido el rey de la noche (en este caso la reina) desbancando así a vampiros, brujas y momias. La excentricidad y los arriesgados looks de Lady Gaga (¿quién ha podido olvidar su traje hecho con trozos de carne?) se ha hecho un hueco en la noche de los muertos.
Para mí, que me gusta más un disfraz que a un tonto un lápiz, Halloween es la ocasión perfecta para divertirme con mis amigas y ponernos tan feas como podamos (en contra de lo que intentamos hacer el resto del año). La pena es que nos pilla un poco mayorcitas para ir pidiendo caramelos de casa en casa, pero el "trick or treat" americano también nos ha llegado ya. El otro día oí a un niño que iba disfrazado de Jack el destripador cantando "Truco o trato, me lo das o te mato". No puedo negar que es algo "agresivo", pero por lo menos rima.
Por último quiero dar un consejo a todos los que aún no han entendido que la noche de Halloween no es para ligar. No lo intentéis, nunca se sabe el orco que se puede esconder tras la máscara de Scream, y luego vienen las lamentaciones...
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