Esta mañana, echándole un ojo al blog Mujeres (que os recomiendo que leais porque suele tener artículos muy interesantes) he descubierto ciertos datos que me han puesto los pelos de punta y me ha parecido necesario compartirlos con vosotros.
Según las estadísticas, cada 26 segundos una mujer es violada en Sudáfrica y cada 6 horas una mujer es asesinada (seis veces más que la media global). Desde que terminó el apartheid han aumentado las denuncias por agresiones sexuales, lo que no implica que antes no se produjesen sino que, por suerte, ahora pueden denunciarse. En 1994 la policía registró 44.571 violaciones; en la actualidad la cifra de delitos sexuales alcanza las 68.000 denuncias. Pero tan sólo el 7% de las denuncias acaban en condena.
Pero aún así, hoy por hoy, sólo una de cada nueve violaciones es denunciada. Un estudio del Consejo de Investigaciones Médicas publicado en 2009 reveló que uno de cada cuatro hombres en Sudáfrica había cometido alguna violación en el pasado y uno de cada diez había participado en violaciones en grupo. Las cifras son espeluznantes porque revelan una situación "normalizada" en este país.
Pero, ¿cuál es el motivo de que un país que no está en guerra registre tales cifras. Shiralee, responsable de la organización Rape Crisis, alude a la teoría de Frantz Fanon: "un país colonizado, brutalizado, en el que los oprimidos acaban emulando a sus opresores; se puede aludir a la represión violenta y disgregación familiar del apartheid; a que vivimos en una sociedad terriblemente patriarcal que se ve amenazada; a la persistencia de estereotipos referentes a lo que se espera de un niño y de una niña; a comunidades pobres, con mucho desempleo, drogas y alcohol."
Hasta hoy, no era consciente de que se estuviese viviendo una situación tan extrema en Sudáfrica. Las cifras son elevadísimas y será necesario tiempo y esfuerzo para erradicar la conocida como guerra silenciosa contra las mujeres. Pero Sudáfrica no es el único país en el que mujeres y niños son ninguneados y maltratados. El mundo necesita cambiar, y debe empezar por la educación.
Cuando lees o ves en la tele cosas como esto, te das cuenta de lo afortunada que eres por el simple hecho de haber nacido donde hemos nacido. Pero es alarmante que en el siglo que estamos todavía siga sucediendo hechos tan crueles como estos. Muy acertada tu última frase. El cambio, indudablemente, debe empezar por la educación.
ResponderEliminarBesotes!!!
Sólo pasaba ahora para decirte que tienes un premio en mi blog.
ResponderEliminarBesotes!!!
con el curso q estoy haciendo online de energía para el tercer mundo te habla también de la pésima situación en la que están las mujeres... sabías que el humo y hollín que crean las cocinas de leña causan más muertes que la malaria en el tercer mundo? y quien cocina??...
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