No es país para jóvenes

Tengo 25 años, una carrera, dos másters, hablo dos idiomas y estoy en paro. Y como yo miles de jóvenes. El problema es que no hay empleo, y lo poco que hay lo cubren los más preparados. Los empresarios se aprovechan de la necesidad de la gente y contratan a personas con dos licenciaturas y cuatros idiomas para contestar llamadas. Aprovechan el miedo de los trabajadores a ser despedidos en una época tan difícil. Hacen que sus empleados trabajen más horas de las pactadas bajo el lema: “Y el que no quiera, ya sabe donde está la puerta”. Ofrecen sueldos muy inferiores a lo que, en otras circunstancias, pagarían. Es una vergüenza.

Hace poco me ofrecieron unas prácticas en las que tenía que trabajar ocho horas diarias por 150€ al mes. Es un abuso. No pueden esperar que haga el trabajo de una persona con contrato por una décima parte de su sueldo…Aún así, estaba deseando que me diesen el puesto. Pero no tuve suerte, porque muchos otros aspiraban a las mismas prácticas. Así están las cosas.

Antes, tus padres hacían todo lo posible para que fueses a la universidad y accedieses a una educación, que en muchos casos, ellos no tuvieron. Y tenía sentido, porque cuánto más preparado estuvieses mejor empleo tendrías y más ofertas te llegarían. O eso es lo que nos habían vendido a todos. La realidad es muy distinta. El 21,29% de estudiantes universitarios españoles está en paro.

Por suerte, algunos países reclaman profesionales españoles, como es el caso de Inglaterra, que necesita personal sanitario, o Alemania, que pide ingenieros. Pero los periodistas estamos aquí muriéndonos del asco, porque para poder ejercer en otro país es necesario un dominio absoluto de la lengua propia de ese país.

Todos queremos cambios en el país y la mejor manera de exigirlos es a través de nuestros votos. Así que, este domingo, votad blanco, votad negro, votad azul o votad amarillo, pero votad. ¡Nos vemos en las urnas!