Pues bien, desde mi primer encuentro con lo rural, mi amiga ha ido invitándome año tras año a las diferentes fiestas que en su pueblo se sucedían. Y debo reconocer que me he enamorado. Todo es motivo de festejos, y cualquier excusa es buena para comer y beber. Al principio, el hecho de que los padres bebieran más que los hijos me llamó la atención; pero ahora he descubierto que no es más que un aliciente para que los hijos nos motivemos y bebamos más.
Cuando llegan los meses de agosto y septiembre la mayoría de los pueblos españoles se visten de fiesta. Las peñas estrenan camisetas, las calles se llenan de luces, la gente se pone sus mejores galas para acudir a ver al santo o la virgen de turno… Y por la noche fiesta, fiesta y más fiesta. Por no hablar de las nuevas canciones que he descubierto gracias a la banda del pueblo: “Te has puesto el tanga del revés”, “Ponte las bragas amarillas”, “Arrebuscando patatas te he visto el culo”…
Pero no todo es fiesta. También se puede disfrutar de la naturaleza y de aire carente de contaminación. Los pequeños también celebran las fiestas y tienen actividades adecuadas a ellos: torneos, gymkanas, festivales...
Pero claro, yo no tengo pueblo. Cuando llegan las vacaciones me retiro al Mediterráneo como todo hijo de vecino y dejo que las medusas asesinas hagan de las suyas. Tengo que esperar a ser invitada a pueblos ajenos; algo que gracias a Dios (y sobre todo a mi amiga) pasa con bastante frecuencia. Desde aquí hago un llamamiento a los pueblos de España para que me adopten como hija predilecta, o me permitan empadronarme allí o lo que haga falta para tener pueblo. ¡Viva lo rural!
sabes que el anuncio de villarriba y villabajo de Fairy se emitia tal cual tambien en Alemania???viva los tópicos espanholes que luego se creeran qeu hacemos esos concursos de veras.....
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