Cuando terminé de leer Mientras escribo no supe qué atacar después. Me di un paseo por el salón para ver que me encontraba y resulta que no había nada. Como a mis padres sólo les gusta leer en verano y Semana Santa pues se han llevado todos los libros a la playa. Y entre semana no tengo tiempo de ir a la biblioteca a coger nada. Algunos (los que no conocen el término "crisis") pensarán: "¡Pues cómprate uno, agarrada!" Ojalá pudiera. No hay cosa que me guste más que comprar y que me regalen libros, pero al precio que están no puedo comprarme un libro cada semana, así que sólo invierto en aquellos que me gustan de verdad.
El caso es que rebuscando entre los pocos libros que quedaban desperdigados por mi casa encontré Caperucita en Manhattan. Este libro se lo mandaron leer a mi hermano en el colegio cuando era pequeño (ahora él tiene 27 años) y obviamente nunca lo hizo. Durante años he visto el libro en su cuarto pensando "un día me lo tengo que leer". Y ese día ha llegado.
Se trata de una obra infantil, según dice la autora "de ocho a ochenta y ocho años". Está ambientado en Nueva York al final de los años ochenta. Yo no diría que es la versión moderna de Caperucita pero tenemos los mismo personajes: la abuelita, una niña como Caperucita y el señor lobo, pero son muy diferentes de los del cuento de toda la vida. Una vez más, al igual que en La elegancia del erizo, tenemos como protagonista a una niña de unos 10 años con un gran mundo interior y mucho más inteligente que la mayoría de los adultos que la rodea.
Se trata de una historia muy cortita y fácil de leer que me ha entretenido entre libro y libro. Recomiendo que lo compréis como regalo navideño o de cumpleaños a algún primo, hermano o sobrino de entre ocho o diez años, si es que aún no han perdido la inocencia, porque con los tiempos que corren... Siempre se lo podéis tomar prestado cuando no tengáis nada qué leer...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar en B-moments ;)